Una maestra jubilada llamada Eleanor descubre un cachorro herido y hambriento abandonado en una choza en ruinas durante su paseo nocturno en Kennebunkport, Maine. El cachorro, demacrado y con una infección respiratoria, es llevado a una clínica veterinaria para recibir atención médica urgente después de que Eleanor le pague a un pescador por su liberación.
El veterinario confirma que el cachorro está gravemente desnutrido, deshidratado y tiene la nariz rota, lo que indica un abandono prolongado. Eleanor se dedica al cuidado del cachorro, lo llama “Little” y pasa horas en la clínica, brindándole apoyo emocional y aliento.
Con el paso de las semanas, Little comienza a recuperarse, ganando fuerza y confianza, y finalmente se convierte en un compañero juguetón y cariñoso. El pescador que abandonó a Little regresa para preguntar por el bienestar del cachorro, expresando un dejo de arrepentimiento por su indiferencia anterior.
Little se convierte en una figura querida en la comunidad, juega con los niños locales y trae alegría a la vida de Eleanor, simbolizando la esperanza y las segundas oportunidades.