Un perro ladra fuerte al ataúd de un militar; cuando lo abren, se sorprenden con lo que encuentran
Max, un perro militar retirado, exhibe un comportamiento inusual, ladrando a una caja de transferencia que contiene el cuerpo del teniente coronel Michael Reynolds, lo que genera preocupación entre el personal de Asuntos Mortuorios de la Base de la Fuerza Aérea del DOA.
Max, un pastor belga malinois, sirvió tres veces en Afganistán y es conocido por sus excepcionales habilidades de detección, ya que ha salvado vidas identificando explosivos ocultos.
Los miembros del personal observan que la caja de transferencia, que se suponía que contenía el cuerpo de Reynolds, es más pesada de lo documentado, lo que impulsa una investigación más profunda.
Se detecta un pitido electrónico desde el interior de la caja de transferencia, lo que lleva a sospechar que el contenido puede no coincidir con la documentación oficial. Al abrir la caja de transferencia, un equipo descubre el cuerpo de Reynolds rodeado de equipo electrónico avanzado, lo que indica que había sido sometido a tecnología de conservación experimental.
El Proyecto Lázaro, una iniciativa de investigación militar altamente clasificada, tenía como objetivo preservar a soldados gravemente heridos durante el transporte, lo que generó inquietudes éticas sobre las pruebas en humanos.
Después del incidente, el teniente coronel Reynolds aboga por una mayor transparencia en la investigación médica militar, mientras que el proyecto se reorienta bajo estrictas pautas éticas.