El asesino Arthur Bishop se cuela en la casa de un jefe de un cartel colombiano y lo ahoga en su propia piscina. Al regresar a su hogar en Luisiana, se encuentra con su amigo y mentor Harry McKenna. Luego, Dean, su empleador, asigna a Bishop la tarea de matar a Harry.
Dean le cuenta a Bishop sobre una misión fallida en Sudáfrica en la que murieron varios asesinos, detalles que sólo Dean y Harry conocen. Bishop mata maliciosamente a Harry y lo hace parecer un robo de coche. En el funeral de Harry, Bishop conoce al hijo de Harry, Steve, quien luego, furioso, le impide matar a un posible ladrón de autos.