Un trabajo minucioso sobre su importante trayectoria. En una charla con La Viola, el artista describió su interés por la música, su trabajo con Los Encargados, la colaboración con Soda Stereo y Gustavo Cerati, y adelantó detalles de su próximo trabajo discográfico.
Daniel Melero presentó su libro “Incierto y sinuoso” donde repasa su destacada carrera musical. Un desafío a la memoria que el artista cumple con el objetivo entregando jugosos detalles de distintos momentos del rock argentino.
La historia de músico del barrio porteño de Flores que desde muy chico conectó la antena al mundo -todavía faltaba mucho para la llegada de internet-para descubrir nuevos sonidos e incorporarlos en el plano rockero local. En esa antena afilada para detectar en la radio o en la televisión esas canciones que le cambiaron la vida, el joven e inquieto Melero descubrió artistas como Yellow Magic Orchestra y Tangerine Dream. Fue testigo de shows en vivo de Los Gatos, Almendra y Manal, artistas fundacionales del rock argentino, y pasó muchas horas en las pocas disquerías especializadas que había en el centro de Buenos Aires.
Ya en la adolescencia, el músico dejó de lado las guitarras para entrar en un electrónico, de aparatos generadores de los más extraños sonidos o sintetizadores, para darle vida a una interesante gama de sonidos. La cinta de grabación se volvió una forma de experimentar emulando a Brian Eno o John Cage registrando sonidos de su mundo diario.
“La idea de escribir un libro nació por vanidad”, describió en una charla con La Viola, a pocos días de su salida. “No me había dado cuenta hasta que salió que iba a estar hablando de todo esto que es una confesión pública. Todo el mundo me está diciendo cosas tan lindas que parece un relato, que como está editado por otros, debe resultar históricamente interesante”.
Melero nos contó que está tratando de no leerlo. Abandonó esa tarea cuando aparecieron los primeros textos. “Me avergonzaba de todo; de lo superficial que me parecía”, agregó en la charla. “Me la paso leyendo biografías, así que estoy en el punto más bajo de la literatura. Estoy muy contento por el eco que está teniendo el libro”
Daniel, con un estilo directo, como en un presente continuo, describe sus primeras experiencias musicales en el ámbito familiar. El compositor sostuvo que le fue muy fácil recordar, aunque sostuvo que a cualquier biografía le pueden faltar páginas. “Por ahí no son interesantes de leerlas, pero lo fueron en la vida, como esos procesos que uno no está haciendo nada”. Melero se sinceró al decir que no le gusta vivir del recuerdo. “Tal vez hay que pincharme para que broten las cosas. En el compromiso de decir que lo hacía cumplí con todas las falacias que pude. Es un punto de vista”.
El recorrido musical de Daniel Melero
Cuando tenía 11 años pudo ver a las bandas más importantes del rock nacional de fines de los ‘60. “Una vez vi a Los Gatos, Almendra y Manal en un mismo día, en un festival. También estuvo en shows por separado. Ya soñaba con ser lo que soy. Quería ser músico. Me costó mucho la conciliación con la familia, aunque luego fue comprendido como se pudo. A medida que fui creciendo me di cuenta de que me interesaba hacer música sin ingresar a la academia; utilizando más que formación, la información gracias a los discos que me habían marcado. Pensé que podía tener un lugar”.
“Descubrí en los grabadores y en las cintas que la música se convertía en algo plástico que se podía cortar y editar. Hoy es todo digital. Hoy hay una interface gráfica, pero antes era a ciegas. La máquina de ritmo o una cinta era un sample de un lavarropa de mi mamá”, recordó Melero sobre sus primeros experimentos sonoros.
Sus primeros pasos profesionales fueron como líder de Los Encargados. Una banda formada en 1982 y que es considerada como una de las primeras dentro de la música tecno del país. En un principio, el grupo fue resistido por una parte del público por la novedosa propuesta.
Los Encargados tuvieron distintas formaciones, con el paso de cerca de 30 músicos, como Richard Coleman, Mario Siperman, Ulises Butrón, Camilo Iezzi, Luis Bonatto y Ricky Sáenz Paz. La grabación de dos discos, que no vieron la luz, hasta que en 1986 apareció Silencio, con temas como “Trátame suavemente”, un clásico que dos años antes había grabado y popularizado Soda Stereo. En aquella formación estuvieron Hugo Foigelman y Alejrandro FIori.
Es recordada la presentación de la banda en el festival Buenos Aires Rock, en 1982, que fueron recibidos no de la mejor manera: una gran cantidad de frutas. Hasta quisieron robarle un teclado en pleno show. El mismo clima hostil recibieron Los Encargados cuando se presentaron en el festival de La Falda, donde del público tiraron botellas con orín.
“Hay una foto de nuestra presentación en el Buenos Aires Rock (B.A. Rock) donde se estaba cayendo el teclado en manos de los fans de Riff. Se le rompió una tecla y recuerdo que tardé mucho tiempo en poder arreglar. Era un instrumento muy liviano y le habían tirado mucha fruta. Hace poco, un amigo me dijo ‘Vos sonreís en esa foto’. Nosotros fuimos preparados para esa situación. No quiero decir que era agradable, pero era inminente. Era un horrible bautismo a cualquier propuesta nueva. Antes ya le había pasado a grupos como Virus y creo que lo capitalizamos bien, tanto en prensa como en entereza”.
“La gente que nos venía a ver tenía la boca abierta mientras nos miraba tocando. Pienso que era algo positivo lo que se producía Era una manera natural para mí de hacer rock. Instituir la información que tenía y que hoy lo sigo haciendo”, destacó Melero.
La relación con Soda Stereo
A lo largo de su carrera, Melero se destacó como discográfico de numerosas bandas de diferentes corrientes artísticas, entre las que se incluyen Soda Stereo, Los Brujos, Todos Tus Muertos, Babasónicos, Victoria Mil, etc. En 1988 comenzó con su carrera solista editando importantes trabajos. Hasta colaboró como tecladista en el disco Oktube de Los Redondos.
El under rockero argentino marcó la etapa post Guerra de Malvinas. La prohibición de pasar música en inglés en los medios de comunicación llevó a la aparición de una nueva generación de músicos como Virus, Los Abuelos de la Nada, Sumo, Los Twist o Soda Stereo, entre muchos otros. “El primero que conoció a los Soda fue Hugo Foigelman (Los Encargados). Se encontró con Charly Alberti en una casa de música. El día que él fue a verlos en un ensayo yo me sumé. Todavía no se llamaban Soda Stereo y tenían un repertorio pequeño. Gustavo siempre me decía ‘vos viniste ese día y tuviste la premonición que íbamos a ser la banda más grande de Hispanoamérica’. Se los dije y ellos lo recuerdan. Era muy potente y popular lo que tenían. Ese primer disco estuvo demorado, las compañías pensaban que no iba a pasar nada”.
Su tema “Trátame suavemente” -hoy un clásico- formó parte del disco debut de Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti. “La escuche en los ensayos. La interpretación que hicieron tiene un valor muy importante. La canción es definitivamente buena, pero la performance es la que incide y el momento exacto en que salió. Hay cosas que ocurren en sincronía, que solo los artistas inteligentes lo saben ver”.
En la charla con La Viola, Melero recordó cómo nació el tema. Fue mientas miraba por televisión un discurso de Leopoldo Galtieri en plena Guerra de Malvinas. “La escribí la letra con un fibrón arriba del diario. Tenía la intención de componer un tema como ‘Viento, dile a la lluvia’, de Los Gatos. El músico estuvo en la grabación del primer disco de Soda Stereo. “Participé tocando los teclados. La producción fue de Federico Moura y fue el gestor de que la canción formara parte del álbum. Federico y el resto de los Virus fueron muy gentiles conmigo. Me iba con ellos a las primeras giras de 1981, una época donde iba poca gente a verlos. Me pareció bello que él fuera el productor de ese trabajo del trío”.
Luego de Los Encargados, el artista se dedicó a su carrera solista. Publicó Conga, que tuvo como corte de difusión “No dejes que llueva”. “Sonó mucho en plena sequía en la Argentina. Por suerte, el día que lo presentamos diluvió. La canción no es mala, pero no fue oportuna. Después hicimos Cámara, con la presencia de Diego Tuñón (Babasónicos) y Gustavo Cerati como invitados. Melero recordó que el cantante del recordado trío era muy bueno tocando el bajo. “Era excelente. En Cámara lo tocó, al igual que la guitarra, y también en Colores Santos”.
Luego de la salida del disco Ultracromático, el músico prepara sus nuevas canciones. “Estoy grabando y viene bastante avanzado. Las canciones están planteadas, y creo que será un disco en dos partes. Tiene más guitarras acústicas y con elementos de cantautor. Viene por ese lado el material”, concluyó el artista sobre su futuro musical.