El despliegue técnico y artístico fue impresionante, con coreografías excepcionales y un juego de luces que complementó la poderosa voz de la artista. Desde su entrada por el pasillo que conduce al escenario, Shakira cautivó al público, que la recibió con fervor y aplausos estruendosos. La emoción era palpable, y ni un pequeño retraso en el inicio del espectáculo logró disminuir la energía de los asistentes.